TRASCENDER, CONTABILIDAD Y GESTIÓN

De la Rosa Leal, M. E.

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Año 6, núm. 17 / mayo - agosto del 2021 DOI: https://doi.org/10.36791/tcg.v0i17.102

Pp. 87-102

Al modelo capitalista, se sumaron posiciones autoritarias para impulsar el desarrollo económico a pesar de todo, con base en la teoría económica del estado desarrollista, que después de la segunda guerra mundial incluye un enfoque social de recuperación de la barbarie y la caída de la economía. Con esta teoría desarrollista, surge el sistema económico neoliberal, que entabla una lucha de clases propiciando una crisis política y económica, con distintos sucesos que denotan una competencia franca entre los países y un abuso de la élites de los bloques económicos sobre los países en desarrollo (Bresser, 2017) afectando el ciclo de consumo.

En toda esta evolución, el medio ambiente ha tenido connotaciones diferentes, desde inexistente, sin compromiso, sin derechos, de uso necesario, hasta una exigencia de competencia justa, siendo una pregunta constante si el desarrollismo en la apropiación conceptual del tercer desarrollo a partir de revisar las fuerzas del mercado con una dirección sólida y eficiente del estado, ¿va a considerar mejores condiciones de vida, que garanticen un crecimiento económico, reducción de desigualdades y protección del medio ambiente? (Bresser, 2017).

Un suceso entre países, ha sido la aparición en las políticas comerciales de la atención de la responsabilidad ambiental y el impulso de tecnologías verdes, que se inician con una serie de estrategias de comercio, con la bandera de competencia leal y seguridad ambiental, apoyadas en un desarrollo tecnológico que concibe la protección ambiental de origen (Naciones Unidas, 2006).

En ese marco de colaboración, se han firmado tratados y convenios para ordenar la competencia productiva entre naciones, con equidad, apoyo en la inversión y seguridad ambiental. México entre ellos firma el Tratado

del Libre Comercio ( 1974) entre México, Canadá y Estados Unidos de Norteamérica, sucedido por el tratado T-MEC en julio de 2020 (Gobierno de México, 2020), teniendo ambos cláusulas de origen que proponen la adopción de las normas de la Organización Internacional de Estandarización (ISO -siglas en inglés-), que desde los años 70, instrumenta las normas ISO como un conjunto de consideraciones de calidad, que directa o indirectamente atienden asuntos ambientales, en particular en su serie 14000 (INGERTEC, 2020).

Una barrera importante, en la propuesta de sostenibilidad, han sido los fondos financieros de inversión para el desarrollo de tecnologías ambientales, en la protección y cuidado de la ecología y el fomento de relaciones sanas de los seres vivos con su entorno natural. Existiendo un círculo vicioso entre los mercados financieros y los industriales en la discusión del uso de los recursos económicos (Jackson, 1999; Ney, 1999).

Ahora bien, sin perder de vista la continuidad de la actividad económica necesaria para el desarrollo económico, como impulso del progreso de los mercados y la evolución de los países (De la Cruz Prego, 2013), debe retomarse el efecto a los ecosistemas y al ambiente, como consecuencia de la actividad comercial y reconocer e identificar situaciones contingentes, en ocasiones desbordadas que deben ser controladas.

Por lo tanto, el desarrollo económico debe ser acompañado por acciones de conservación, protección y cuidado de los recursos naturales y el ambiente, estando en riesgo la salud comunitaria, la dependencia de los mercados, el proceso de producción y la imagen corporativa. Ante lo cual la pregunta es ¿qué es lo que realmente puede motivar, que el medioambiente se tome en cuenta en los negocios?, ya que a la fecha, éste se toma en cuenta como variable de interés, en la medida que su atención otorga beneficios comerciales reales, de