TRASCENDER, CONTABILIDAD Y GESTIÓN
Déniz Mayor, J. J., Arteaga Arzola, L. M., y Manrique
de Lara Peñate, C.
119
Vol. 7, núm. 19 / enero – abril del 2022 DOI: https://doi.org/10.36791/tcg.v7i19.135
Pp. 107-149
Tabla 4
Cash flow social del grupo Inditex (2016-2017)
CASH FLOW SOCIAL
(millones de euros) 2017 2016 Efectivo neto recibido por la venta
de productos y servicios 25.336 23.311 Flujo recibido de inversiones financieras 26 21 Efectivo recibido por ventas de activos 381 n.a. Total flujo de valor añadido 25.743 23.332 Distribución del flujo de valor añadido
Remuneración a empleados por sus servicios 3.961 3.643 Impuesto sobre beneficios pagado 1.029 798 Devolución de deuda financiera -47 53 Dividendos entregados a los accionistas 2.127 1.871 Inversión en programas sociales 48 40 Caja retenida para crecimiento futuro 759 833 Pagos realizados fuera del Grupo por compra
de mercancía, materias primas y servicios 16.088 14.649 Pagos realizados para inversiones en nuevos
activos productivos 1.778 1.445 Total distribución de flujo de valor añadido 25.743 23.332
Fuente: Balance de sostenibilidad 2017, por Grupo Inditex (2018).
Otra dificultad atribuida al EVA/ERGD es que el proceso de distribución del valor añadido no necesariamente está directamente relacionado con los partícipes que han contribuido a su obtención, surgiendo dudas acerca de la propia delimitación de quién puede ser calificado de partícipe y quién no (Morley 1979, pp. 623-624). Si la idea básica es que la renta debe ser repartida entre los que la han generado, puede no quedar claro, por ejemplo, en qué ha contribuido el gobierno a la obtención de la renta, sobre todo cuando su participación no está directamente asociada al valor añadido sino al resultado contable (ajustado por las diferencias temporarias y permanentes correspondientes, más las deducciones y bonificaciones que procedan). Cómo se indicó antes, incluso en el modelo propugnado por la GRI los proveedores de bienes y servicios son
considerados un grupo de interés relevante mientras que en los modelos clásicos no, quizás por existir un mayor interés no por cómo se genera la renta, sino a quién se distribuye, dada la preocupación de dicha organización por la cadena de suministro y la conflictividad asociada a las desigualdades entre países. También, y siguiendo con el modelo de la GRI, también cabría cuestionarse en qué medida la sociedad en general y las diferentes comunidades en particular han contribuido a la generación de la renta como para figurar como destinatarios de la misma.
Aunque en su momento se aducía como inconveniente los costes de formulación del estado contable (Morley 1979, p. 625), en la actualidad pueden considerarse irrelevantes. Es más, debido a los desarrollos acaecidos en materia de información financiera, el usuario puede