TRASCENDER, CONTABILIDAD Y GESTIÓN
Miranda Pegueros, M., López Castro, E. M., y Vega Zarate, C.
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Vol. 7, núm. 19 / enero – abril del 2022
desarrollo sostenible. Esta afirmación da lugar a un análisis de la responsabilidad social en las tres aristas que maneja el desarrollo sostenible , las cuales son: económica, medio ambiental y social (Morales-Castro, 2015).
El reconocimiento del impacto de las empresas a su entorno y el consenso de que la RSE refleja el comportamiento ideal para las empresas son elementos que se pueden encontrar dentro de la conceptualización de la teoría, por lo tanto, su importancia radica en la premisa de que la empresa es un ente capaz de transformar a su entorno, y a través de una gestión sostenible promueve beneficios que se expanden más allá de su marco de operación .
Mientras que, por otro lado, la motivación que lleva a las empresas a incorporar este comportamiento ha sido motivo de controversias y depende de la perspectiva del autor o de organismos internacionales, tal es el caso de la Unión Europea, que considera a la RSE como aquella gestión, que independientemente de las obligaciones de carácter legal, la empresa asume voluntariamente en materia ambiental o social (Comisión Europea, 2011). De ahí que, la naturaleza voluntaria de esta conceptualización genera críticas encaminadas a una percepción que argumenta que, si la motivación se encontrara encaminada en esta dirección no se tendría la necesidad de legislar el buen comportamiento empresarial (Blowfield y Frynas, 2005).
Salazar y Husted (2009) identifican que la empresa puede tener tres tipos diferentes de motivación que generen resultados en materia de una gestión en sostenibilidad, la primera considera una naturaleza
voluntaria, como es el caso de la dirección bajo la cual se aborda la RSE; la segunda parte de una perspectiva coercitiva en donde se involucra una regulación de ciertos aspectos que las empresas se ven obligadas a cumplir para evitar incurrir en sanciones; y la última, se encarga de la visión estratégica de la empresa, reconociendo tanto la búsqueda del beneficio social como la obtención de beneficios económicos.
Con el abordaje de Salazar y Husted (2009), se puede concluir que no se encuentran elementos suficientes para afirmar que la motivación de tipo voluntario genere incentivos empresariales fuertes para integrar un cambio en el comportamiento empresarial , con esta premisa se abre la pauta para realizar a continuación un análisis a fondo de las motivaciones coercitivas y estratégicas.
Los Stakeholders como promotores del cambio empresarial
La sociedad misma no se queda a la espera de la buena voluntad de las empresas y de sus accionistas, y busca a través de la coerción ejercer presión para lograr algún cambio. En este sentido, la teoría de lo Stakeholders que fue propuesta por Freeman (2010), considera a los grupos de interés como aquellos grupos o individuos que se benefician o perjudican por las acciones corporativas tales como clientes, proveedores, sociedad, gobierno, ONG´s, etc.
Esta teoría se basa en la toma de decisiones organizacionales encaminadas no sólo a la satisfacción de los accionistas sino a la responsabilidad que tienen hacia sus grupos de interés para satisfacer sus
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La sostenibilidad se entiende como el fin, mientras que la RSE es la parte teórica que ayuda a comprender el proceso para su logro desde la
perspectiva empresarial. La evolución teórica de la RSE ha alcanzado un punto en que su internalización empresarial converge en el logro de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos en la Agenda 2030. Teniendo relevancia en la Teoría de la RSE para promover el replanteamiento e inclusión de diversos aspectos sociales como lo son: logros en la equidad y justicia, ética y derechos humanos que originalmente no se consideraban en la conceptualización de la sostenibilidad (Plasencia et al., 2018).