TRASCENDER, CONTABILIDAD Y GESTIÓN
Miranda Pegueros, M., López Castro, E. M., y Vega Zarate, C.
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Vol. 7, núm. 19 / enero – abril del 2022
Kuhn y Deetz (2009) hacen énfasis en el establecimiento de canales de comunicación que logren establecer un círculo participativo de continua interacción de las partes interesadas (tanto accionistas como grupos de interés), que operen dentro de un proceso que implique la resolución de conflictos de forma creativa, para el logro de sus objetivos.
La necesidad de un estándar en el flujo de información de las actividades empresariales así como de su divulgación, se ha reconocido desde la década de los 1980 en las prácticas de la Comisión de Bolsa de Valores en los Estados Unidos de América, lugar en donde ha pasado a formar parte de la estandarización de la presentación de información que facilite su vigilancia y evitar problemas de comunicación entre los grupos de interés y las empresas (Owen y O ’Dwyer, 2009).
La metodología aplicada en estos tipos de balances sociales debe incluir aquellos beneficios adicionales a los económicos que las organizaciones transfieren a sus grupos de interés, por lo que, Molina, et al. (2017) definen al balance social como: “un sistema de diagnóstico que integra evaluaciones cuantitativas a través de indicadores sociales, ambientales y financieros; así como cualitativas sobre cumplimiento de normas y principios sociales ” (p. 25).
En este sentido, la estandarización relativa a la sostenibilidad para evitar cualquier tipo de conflicto, ha sido impulsada por el Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas (PNUMA) y la Coalition for Environmentally Responsible Economies denominada Reporting Global Initiative (GRI) que actualmente es el punto de referencia en materia de generación de reportes empresariales en sostenibilidad que respetan los
principios del Triple Botton Line .
Narayanan y Adams (2017) afirman que el proceso de presentación de informes sobre cuestiones de sostenibilidad tiene el potencial de cambiar a las organizaciones, solo sí el enfoque con el que se adopta, respeta la búsqueda del lucro organización y las prácticas de cálculo asociadas; y si bien, bajo este enfoque se comprobó que se limita la profundidad del cambio, se demostró la existencia de cierto grado de integración, por lo que sí la búsqueda se enfoca en la integración de sostenibilidad entonces se debe analizar y detectar qué funciona y qué no en términos de generar un cambio intraorganizacional.
La sostenibilidad empresarial y la divergencia de los objetivos sociales y económicos
El análisis de los grupos de interés proporciona elementos esenciales para la construcción de una conceptualización integral de gestión en sostenibilidad empresarial, ésta aún carece de un elemento esencial que muchas veces se deja de lado cuando se demanda de las empresas un comportamiento sostenible: las utilidades.
El impacto económico que se presenta dentro de las empresas cuando se generan acciones en materia de RSE, no ha sido un elemento identificable dentro de la conceptualización general del término; en este sentido, la empresa es un ente económico que lucha constantemente para mantener un equilibrio entre la maximización de sus utilidades y las presiones que se ejercen sobre ella para la atención a temas de diferente índole social.
La crítica abordada por Friedman (2007), ha evidenciado principalmente esta dicotomía, basándose
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John Elkington acuñó la frase Triple Bottom Line que hace referencia a tres pilares diferentes: social, económico y ambiental, y el cual
alienta a las empresas a ampliar su definición de éxito siendo incluyentes en sus estrategias de estos elementos (Rotner, 2016).