TRASCENDER, CONTABILIDAD Y GESTIÓN
Itzel Belen Beltrán Lugo
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Núm. 8 / mayo – agosto del 2018
Introducción
Los sistemas políticos y administrativos transitan hoy en día por caminos de mayor exigencia, debido a que la sociedad está cada vez más a la expectativa de nuestros gobernantes.
Así pues, el valor ético en la actualidad es fundamental para conducir el desarrollo de las instituciones gubernamentales, ya que este sirve de base para cumplir la necesidad de que las sociedades deben trabajar en conductas honradas que estimulen la responsabilidad y el buen comportamiento.
Ética en las administraciones públicas Primeramente, entendemos como “Ética Pública ” a
la disciplina que estudia y analiza el perfil, la formación y el comportamiento responsable y comprometido de las personas que se ocupan de los asuntos públicos, generando un cambio de actitud en ella al inculcarles valores de servicio público.
La ética pública existe desde antaño para formar la conducta de los hombres de gobierno. A pesar del descuido al que ha sido sometida, en las últimas décadas se ha vuelto a convertir en un tema de análisis fundamental entre los principales estudiosos del gobierno y administración pública.
Si bien la ética por si misma es importante, no se situaba en el foco de atención de investigadores y estudiosos de los asuntos públicos en virtud de que se partía de la creencia de que aquellos que ocupan cargos públicos son personas respetables y que la ética es inherente en ellos. (Bautista, 2007)
Ahora bien, tanto el tema de la ética en el ámbito de las instituciones públicas como el del buen gobierno son materias realmente nucleares en el contexto de una sociedad como la actual, en la que ambas realidades constituyen sendos vectores sociales tan deseados como exigidos por parte de los ciudadanos
de una sociedad cada vez más exigente, participativa y vigilante de la actitud de sus representantes políticos y gobernantes públicos. (Villoria Mendieta & Izquierdo Sánchez, Noviembre, 2017)
Sin embargo, la administración pública mexicana se encuentra en un proceso histórico de cambio institucional que representa una transición para pasar de un sistema de lealtades personales a un sistema institucional, basado en el fortalecimiento y apego a las instituciones, a partir de nuevas reglas en el ámbito gubernamental. (Sánchez González, 2009)
Consecuencia de la falta de ética
Rendición de cuentas significa que las personas, los organismos y las organizaciones (de carácter público, privado y de la sociedad civil) tienen la responsabilidad del adecuado cumplimiento de sus funciones.
En teoría, existen tres tipos de rendición de cuentas: diagonal, horizontal y vertical.
Los ejemplos a continuación provienen del sector público.
La rendición de cuentas diagonal se produce cuando los ciudadanos recurren a las instituciones gubernamentales para conseguir un control más eficaz de las acciones del Estado y, como parte del proceso, participan en actividades como formulación de políticas, elaboración de presupuestos y control de gastos.
La rendición de cuentas horizontal somete a los funcionarios públicos a restricciones y controles, o a un “sistema de contrapesos ”, por parte de organismos gubernamentales (p. ej., tribunales, defensor del pueblo, organismos de auditoría, bancos centrales) con facultades para cuestionar, e incluso sancionar, a los funcionarios en casos de conducta indebida.