TRASCENDER, CONTABILIDAD Y GESTIÓN
Aguilar Chaparro, D. A.
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Vol. 7, núm. 20 / mayo – agosto del 2022
tendencia y el ciclo. Alguno de los hallazgos secundarios es que, ante episodios recesivos, la inversión tardó mucho más en recuperarse que la producción, aunado a su vez a la consideración de que la inversión manifiesta una volatilidad más aguda que esta última. Respecto a las participaciones de la inversión (sea pública o privada) en el PIB, los autores señalaron una relación poco clara con los episodios de crecimiento
de la economía mexicana.
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En tanto al diagnóstico general, identifican el patrón concentrado de la acumulación de capital en sectores dinámicos de la económica, en especial, aquellos asociados con la manufacturera de exportación. Este hecho de la economía mexicana estuvo acompañado del retiro o la disociación a la baja de la inversión pública con la inversión en su conjunto; donde sectores de gran impulso, como el de la construcción, han mostrado este retraimiento en los grandes proyectos de infraestructura. Este es el análisis general de la inversión en los últimos 30 años atrás, guarda múltiples coincidencias con el análisis de la región latinoamericana: la formación regional de un patrón manufacturero-primario- exportador con bajo crecimiento económico, alta apertura comercial, con caídas en las participaciones de la inversión pública y con un auge exportador (Manuelito y Jiménez, 2015).
La gran mayoría de trabajos enfocados a la inversión en México se centran en distintos abordajes de corte correlacional. Parte de ellos estudian la interacción de la
inversión pública en la privada en busca de efectos sustitución ( crowding-out) y efectos complementarios ( crowding-in) . Cruz (2017) sintetiza los distintos hallazgos de acuerdo a si la relación es una u otra para el caso de la economía mexicana. En la revisión de los distintos trabajos que abordan esa iniciativa, se encuentra un gran debate sobre la presencia de los efectos en distintos horizontes temporales. Fonseca
(2009), Elguézabal (2004), Castillo y Herrera (2005)
han detectado el efecto sustitución para el corto plazo. Otros autores como Castillo y Herrera (2005); Ramírez (1994, 1991, 2004); Erden y Holcombe (2005) y Cruz (2017) encuentran efectos complementarios tanto en el corto como en el largo plazo. Otros autores encuentran un vínculo más directo de complementariedad aún entre la inversión pública (o el gasto público federal), el desarrollo económico y el crecimiento económico (Cobacho, Bosch y Rodríguez, 2001).
Finalmente, la otra dirección del análisis sobre la inversión en México es el estudio de su forma funcional en términos macroeconómicos y en la estimación econométrica de los parámetros de peso o de sensibilidad en sus determinantes. Tomando como referencia los enfoques teóricos neoclásicos, keynesianos y kaleckianos, los análisis han variado de metodología econométrica, ya sea de series de tiempo o de panel como en la elección de sus variables.
Loría (2007) estimó un modelo keynesiano estructural de demanda agregada para le economía mexicana para
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De acuerdo Moreno-Brid , Sandoval y Valverde (2016) los dos episodios encontrados de los modelos de desarrollo, como el de 1960-1981
con el de 1988-2015, presentaron en su etapa de auge en el crecimiento el mismo ajuste en función de la participación de la inversión respecto al producto (alrededor del 20%-23%). Lo que habría que analizarse detrás de esta coincidencia es el crecimiento de cada uno de las etapas. Evidentemente, las tasas del producto fueron mayor en la primera que en la segunda.
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Al retiro de la inversión privada por la intervención del gobierno en algún sector en específico o en una industria conjuntamente se le llama
efecto sustitución. En tanto a la atracción de mayor inversión privada por dicha intervención se le conoce como efecto complementario.