Gracida De la Rosa, E. M.
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Vol. 7, núm. 20 / mayo – agosto del 2022
que son negativas, refiriéndose a la forma de sentirse y a eventos ocurridos recientemente. Esta composición de las preguntas es alusiva a si se hacen con una connotación negativa (preguntas 2, 5, 6, 9, 10 y 11) o positiva (preguntas 1, 3, 4, 7, 8 y 12), lo que influye a la interpretación que el encuestado le da a la pregunta y a su respuesta (Romppel et al., 2013).
Y ya que es un cuestionario que evalúa la salud autopercibida, es decir, cómo se evalúa cada persona su propio estado de bienestar general; también evalúa ciertas funciones intelectuales fisiológicas y de autovaloración, alcance de metas y propósitos en la vida, y de enfrentamiento a problemas y dificultades (García, 1999).
Como señalan Hu et al. (2007), con referencia a Hupper y Whittington y a otros investigadores del tema, se sugiere que la salud mental y los síntomas de un desorden mental son, en cierto grado, independientes unas a las otras. Y Rocha et al. (2011) mencionan que los síntomas físicos son más comunes con el aumento de la edad, que a la par conlleva a una mayor puntuación en el cuestionario GHQ-12.
En repetidas ocasiones se ha utilizado el GHQ-12 para investigaciones en donde, según el giro que se le da a la herramienta, se han encontrado resultados variados e interesantes en donde se conoce qué está afectando a las personas en su salud mental. Las conclusiones de estas publicaciones nos sirven para comprender el comportamiento de los individuos en un ambiente laboral. Por lo anterior, se muestran a continuación artículos cuyos hallazgos sirven para la aplicación de este cuestionario en la panadería de Hermosillo, Sonora.
En el 2013, Matthias Romppel et al. presentan una investigación que hicieron a una muestra de la población en Alemania.
El GHQ-12 se puede tomar con diferentes dimensiones y escalas, y en este estudio el modelo unidimensional mostró propiedades psicométricas buenas, así como ser una herramienta de visualización útil para las evaluaciones sobre distrés mental, o como una menor morbilidad psiquiátrica con un enfoque principal en la sintomatología depresiva (Romppel et al., 2013).
En el 2016, Pedros Solís-Cámara et al. presentan una publicación en donde el objetivo de su estudio fue el conocer la estructura factorial del GHQ-12 en la población mexicana, y conocer la utilidad del instrumento para poder identificar a los individuos que perciben tener problemas de salud. Para esto, el cuestionario se aplicó a 1,093 adultos que no contaban con un diagnóstico de poseer una enfermedad crónica; de esta muestra 462 fueron hombres y 631 mujeres.
Se utilizaron comparaciones de correlaciones, medias y varianzas, para así, a su vez, conocer los efectos que tienen la redacción de las preguntas compuestas en forma negativa contra las escritas positivamente.
En sus resultados se llegó a la conclusión de que el modelo unidimensional mostró ser el de mejor ajuste para los datos. En el caso del puntaje de las preguntas negativas, positivas y en total, fueron más altos en los encuestados que presentaban problemas de salud, pero las variables y los intervalos de confianza fueron consistentes y homogéneos en las preguntas positivas, por lo que los investigadores recomiendan usar el puntaje de las preguntas positivas del GHQ-12 como un método general de tamizaje del bienestar y malestar psicológico (Solís-Cámara et al., 2016).
Sobre el tema, Solís-Cámara et al. (2016) mencionan en su publicación información importante de otros trabajos científicos que son de utilidad al aplicar la encuesta GHQ-12. Como lo que explican Idler y