TRASCENDER, CONTABILIDAD Y GESTIÓN
Ordaz Álvarez, A.
221
Vol. 7, núm. 20 / mayo – agosto del 2022 DOI: https://doi.org/10.36791/tcg.v8i20.167
Pp. 209-223
decadencia y postración, así como de los medios propios para obtener aquellos bienes y evitar esos males.
La ciencia administrativa provee al bien del hombre desde ántes de su nacimiento y lo sigue durante la vida y lo acompaña hasta el sepulcro. Cuida del mejoramiento de las razas y del progreso de las generaciones, difunde la enseñanza en todos los ámbitos de la sociedad, forma y mejora las costumbres, protege la industria, el comercio y las artes, favorece el desarrollo del talento y del trabajo, combate la miseria, y haciendo sentir por todas partes su benéfica influencia, logra el bien de las sociedades y el bien de los individuos.
Concurren á formar la ciencia administrativa los principios de todas las ciencias, todos los conocimientos humanos aplicados en bien de la humanidad para el desarrollo social y para el bienestar moral, intelectual y material del hombre.
Creado este para vivir en sociedad, porque á ella lo llevan forzosamente así las fuerzas de su entendimiento como su organización física, la sociedad ha sido y es necesaria, y necesario también el ejercicio del poder público, considerado como la reunión, como la concentración de las fuerzas individuales para conseguir en favor de los individuos y de la sociedad la realización de la ley inmutable de la creación, que es el desarrollo completo, el perfeccionamiento incesante de los séres. «El objeto del poder es el bien, su medio el órden, su instrumento la ley; su esencia la justicia.»
Dividida la sociedad humana en naciones
independientes, cada una de estas tiene una
vida propia é intereses y conveniencias que
le son particulares, y por consecuencia el
derecho de exigir de las otras naciones que
de ninguna manera intervengan en esa vida,
ni se ingieran en esos intereses y
conveniencias; pero todas las naciones tienen la indeclinable obligación de respetar los derechos de la humanidad, es decir, los derechos del hombre en general.» (Del Castillo Velasco, 1874, Pp. 5-6)
Reflexiones finales
El servicio público reclama empleados de gobierno con conocimientos, habilidades y valores que propicien una conducta basada en el compromiso, el respeto al Estado de derecho, la honestidad y la eficiencia al servicio de toda la sociedad.
Los clásicos de la disciplina son fuente de sabiduría, experiencia y esquemas de pensamiento capaces de inspirar la acción gubernamental. Son referentes necesarios para quienes estudian esta disciplina y para quienes, como practicantes, plantean programas y proyectos de servicio público.
En este documento se han presentado los trabajos de Tadeo Ortiz de Ayala, Luis de la Rosa Oteiza y José María del Castillo Velasco, políticos e intelectuales mexicanos cuya obra es representativa de la Ciencia de la Administración en nuestro país durante el siglo XIX. Inspirados en principios liberales, republicanos, su compromiso es, en ambos, el desarrollo del país, el compromiso del servicio público para consolidar el progreso y bienestar de la población, así como una vida justa y de responsabilidad para toda la sociedad.