Navarrete Báez, F. E., y Labelle, F.

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Vol. 8, núm. 22 / enero abril del 2023 DOI: https://doi.org/10.36791/tcg.v8i22.194

Pp. 2-18

Tabla 1

Resultados de Media y Desviación Estándar de preguntas planteadas

Pregunta Media Desviación Estándar

P1 2.03 0.74

P2 2.10 0.83

P3 2.15 0.80

P4 2.15 0.79

P5 2.15 0.77

P6 2.20 0.80

P7 2.15 0.77

P8 2.19 0.79

P9 2.23 0.79

Fuente: Elaboración propia (2022).

Para conocer las respuestas de la escala de Likert 3 y 4, que se interpretan como intención de implementar la gestión energética sustentable en su empresa, los resultados de sus frecuencias nos muestran que en cuanto a la primera pregunta sobre si se implementa un sistema de gestión energética en la empresa. Se encontró que el 26.4% lo ha implementado. La segunda pregunta acerca de si el uso de energía es un factor considerado en la planificación a largo plazo. El 27.4% lo consideró dentro de su planeación. La tercera pregunta gira sobre si los usos significativos de energía son identificados y monitoreados. El 29.3% hace esta tarea en forma sistemática. La siguiente pregunta es acerca de si la empresa realiza la evaluación del rendimiento energético actual. El 27.8% lo lleva a cabo.

La quinta pregunta se refiere a mejorar este rendimiento, y la respuesta fue que 27.8% si lo ve como una tarea de mejora. La sexta pregunta se basa en si están establecidos los objetivos y metas de uso adecuado de energía, con una respuesta del 26.3%. La séptima pregunta oscila sobre los empleados de la empresa y el estar conscientes sobre el consumo de energía. Arrojando que el 26.9% sí lo está. La penúltima pregunta es acerca si la gestión de la energía de sus proveedores es un criterio para comprar productos, servicios y equipos. El 28.8% menciona que sí es un criterio en el proceso de adquisiciones. Finalmente, la última pregunta sobre si los indicadores de energía se controlan, se miden, y se analizan y los resultados se guardan para su uso posterior. Con una respuesta de 32.2% que sí desarrollan estos indicadores.

Como se puede observar, que en todas las respuestas la implementación del sistema de gestión energético está por abajo del 33%, o sea que una de cada tres empresas encuestadas lo tiene contemplado. Como lo menciona Blanco, López y Venero (2014) y Tejedo, (2013), no hay una política interna e interés en el consumo responsable de la energía utilizada en sus instalaciones, ni el rendimiento en las mismas, ni involucra a la cadena productiva (proveedores), del uso racional de su energía.

La figura 1 muestra las frecuencias obtenidas de cada una de las nueve preguntas planteadas. Se observa, que todas las respuestas están por abajo del 33% mínimo deseado del total de las empresas que sí lo llevan a cabo.