De la Rosa Leal, M. E.

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Vol. 8, núm. 23 / mayo agosto del 2023 DOI: https://doi.org/10.36791/tcg.v8i23.213

Pp. 84-104

Con miras a la atención ambiental, la estrategia de gestión empresarial sustentable propuesta es el sistema ASG (Ambiental, Social y Gobernanza) o ESG ( Environmental, Social and Governance ) como directriz de la gestión ambiental en una propuesta factible y viable para la empresa. Este sistema cambia el enfoque Sustentable a Sostenible y lo implementa en una gestión factible ad hoc a los intereses empresariales corporativos, dejando atrás lo que no considera necesario en su propuesta socio ambiental. En donde el enfoque sustentable mantiene la atención del equilibrio de los ejes sociales, económico y ambiental, mientras el sostenible decide por el grado de factibilidad económica no necesariamente por el equilibrio (Archer, 2022).

La gestión ESG tiene como meta, involucrar en el modelo del negocio de la empresa, la visión, metas, estándares y uso de activos para lograr una apertura a aspectos sociales, del medio ambiente con su intervención de gobernanza a mediano y largo plazo, convirtiéndose en un sistema de control de riesgos ambientales, así como del ejercicio de su capacidad e interés para responder financiera y socialmente a sus inversionistas (Archer, 2022; De la Rosa Leal, 2023a).

Con el enfoque corporativo, la International Finance Corporation (IFC) (IFC, 2021 a) establece dos tipos de indicadores de desempeño ESG aplicables para instituciones financieras y empresas en los manejos de temas ambientales y sociales:

1. Indicadores estándares de gestión;

2. Indicadores de evaluación de riesgos.

A partir de estos indicadores con el propósito de gestionar los riesgos en empresas agrícolas y su cadena de suministro, la Corporación Financiera Internacional (IFC) representante del sector privado del Banco

Mundial, ha desarrollado ocho normas de desempeño de sostenibilidad ambiental y social (Bastida Cañada, 2022; IFC, 2021 b):

Norma 1. Evaluación y gestión de riesgos e impactos ambientales y sociales;

Norma 2. Mano de obra y condiciones de trabajo; Norma 3. Eficiencia de recursos y prevención de la

contaminación;

Norma 4. Salud, seguridad y protección de la comunidad;

Norma 5. Adquisición de tierras y reasentamiento involuntario (aplicable a empresas involucradas en la adquisición de terrenos para desarrollar nuevos o ampliar existentes);

Norma 6. Conservación de la biodiversidad y manejo sostenible de los recursos naturales vivos (aplicable a empresas con impactos en hábitats naturales modificados, vida silvestre y servicios eco sistémicos);

Norma 7. Pueblos indígenas (aplicable a empresas con impacto solamente a pueblos indígenas); y

Norma 8. Patrimonio cultural (aplicable a empresas con impactos solo al patrimonio cultural).

La propuesta de la IFC vincula el desempeño y evaluación ambiental con los Objetivos del Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU, discriminando cuando deben ser aplicados, situación que pone en la mesa el grado de comprensión de los asuntos ambientales y el valor agregado.

Es así que los indicadores socio ambientales, tienen relación con el proceso productivo o de servicios y a la vez una independencia entre ellos, lo cual permite