De la Rosa Leal, M. E.
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Vol. 8, núm. 23 / mayo – agosto del 2023 DOI: https://doi.org/10.36791/tcg.v8i23.213
Pp. 84-104
aportaciones desde 1990 hasta 2002 que sustentan el beneficio de lograr representar la capacidad empresarial de equilibro y control de asuntos ambientales, desde distintas corrientes: tradicionalista, de gestión y ontológica, que a su vez propusieron teorías de integración desde los costos de transacción y los costos de gestión recurrentes y no recurrentes (De la Rosa- Leal, 2009).
Todas estas propuestas desde 1992 mantienen entre si un interés fundamental, evaluar de forma preventiva los impactos ambientales, a lo cual en el 2000 se une el Banco Interamericano de Desarrollo con un modelo de evaluación de impacto ambiental que para coadyuvar la información relativa (Banco Interamericano de Desarrollo, 2001).
Contabilidad medioambiental, indicadores y gestión Como teoría, la contabilidad. Ambiental, medio
ambiental o ecológica establece la importancia de conocer, analizar, reconocer y registrar el daño ambiental provocado por una organización a los recursos naturales y la comunidad, utilizando un sistema de registro e información, como herramienta de gestión y decisión de asuntos relativos con el medio ambiente.
En sí, la contabilidad ambiental, es un conjunto de sistemas e instrumentos que permiten medir, evaluar y comunicar la actuación ambiental de la empresa, integrando datos e información en unidades físicas y monetarias. Para lograrlo los datos ambientales deben traducirse en unidades físicas, y estas a unidades monetarias, considerando posibles conceptos ambientales intangibles como el ambiente laboral y las emisiones (Agencia Europea del Medio Ambiente, 1999; De la Rosa-Leal, 2009).
En el entendido que la actuación ambiental empresarial es en razón de su actividad, ciclo de producción o cadena de valor, y que no existe un
modelo común de conductas e impactos ambientales, lo cual complica la posibilidad de estandarizar indicadores ambientales. Por lo cual la evaluación de impactos a los recursos naturales de las actividades de las distintas entidades, requiere de un seguimiento preventivo regular, registrado de forma simple para distinguir con claridad estos efectos y relacionarlos claramente con acciones realizadas, procesos y otras implicaciones directas.
Ante lo cual, el paradigma empresarial de información se modifica y se enriquece de forma emergente, para rendir cuentas de impactos sociales y ambientales de variables financieras y no financieras de la operación de la empresa, a través de conceptos que afectan el valor empresarial (Jaramillo Arango, Ríos Restrepo, y Correa Mejía, 2020).
Para lograrlo, es necesaria la identificación de aspectos ambientales de la gestión en la contabilidad de las empresas, relacionados con el diseño de un sistema de cuentas de ingresos y gastos ambientales que revele los riesgos corporativos y el efecto negativo al medio ambiente (Deníz Mayor y Verona Martel, 2015).
Este desarrollo contable de nuevos conceptos, es un reconocimiento voluntario de acreditación social que cubre la necesidad empresarial de una contabilidad del medio ambiente y los impactos sociales desde el enfoque teórico de los stakeholders (Freeman, 1984 citado por Jaramillo Arango, Ríos Restrepo, y Correa Mejía, 2020) y la teoría de legitimidad ( Habermas, 1981 citado por López Hernández, 2009), introduciendo información de la gestión y los resultados corporativos para distintos grupos de interés.
Permitiendo que la información obtenida, sea utilizado de manera común como mecanismo de control empresarial, definiendo e identificando conceptos del medio ambiente y sociales de manera lógica y racional