Blanco Reyna, A.
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Vol. 8, núm. 23 / mayo – agosto del 2023 DOI: https://doi.org/10.36791/tcg.v8i23.215
Pp. 116-136
Como se puede apreciar en la imagen anterior, el capital intelectual está constituido por:
a) Capital tecnología. El cual puede describirse o entenderse ampliamente con el uso de las tecnologías de la información para la trasmisión de información.
b) Capital humano. Definido por las experiencias de los trabajadores.
c) Capital estructural. Todos los procesos y sistemas que dan identidad a la organización.
d) Capital organizacional. Todo los que tiene relación con la gestión y administración de los recursos.
e) Capital consumidor. Relacionado a la publicidad y satisfacción de necesidades de los clientes.
f) Capital racional. Hace énfasis en todas las relaciones tanto con cliente, consumidores y proveedores.
g) Capital innovador. Dirigido a la búsqueda de nuevos mercados y al incremento de las ventas.
h) Capital social. Enfocado a la cultura organizacional.
Principios aplicados en la Agilidad Corporativa Según señala Forero (2021) como sinónimos con
conceptos de agilidad corporativa, agilidad empresarial o agilidad a escala, son definidos como aquella capacidad que posee una organización y que le permite adaptarse y dar pronta respuesta a los cambios vertiginosos del mercado laboral tanto de manera interna como de manera externa. La definición del concepto de agilidad corporativa conlleva:
a) Respuesta rápida y flexible a las demandas de los compradores.
b) Adaptación y ejercer el liderazgo de tal forma que promueva el cambio en la productividad y sustentabilidad sin menoscabar la calidad.
c) Estar en ventaja constante frente a la competencia.
d) Aquilatar el talento de las nuevas generaciones. Hablar de agilidad corporativa y definirla en su
totalidad es complejo y pluridimensional pues abarca aspectos e interacciones de un sistema organizacional, con el objetivo de diseñar nuevas maneras de concebir una organización capaz de alcanzar su propósito final; servir a sus compradores, sin tomar en cuenta lo que se pueda presentar a futuro. En este orden de ideas la agilidad corporativa es asumida como un proceso en continuo desarrollo, por lo que llegar al fin, no es tarea fácil aunado a que no existe un único método para implementar la agilidad corporativa en todas las organizaciones según los hallazgos de Denning (2020).
Conformar una organización ágil, que se mantenga independiente de la industria a la que se encuentra adscrita, demanda la incorporación de cuatro áreas fundamentales:
a) Área de relaciones: aquí convergen los socios, los clientes, las personas y los compromisos.
b) Área de liderazgo: Aquí se evidencia el trabajo en equipo, la agilidad estratégica, y las habilidades necesarias para el manejo de personal.
c) Área operacional: Se encuentran las empresas, los procesos y las estructuras agiles.