González Díaz, D., Balderas Huerta, M. E., y López Gama, H.

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Vol. 8, núm. 24 / septiembre diciembre del 2023 DOI: https://doi.org/10.36791/tcg.v8i24.222

Pp. 26-46

tiene una forma física tangible pero que posee la capacidad de generar beneficios económicos sustanciales para la empresa. Es la acumulación de todo el conocimiento que los empleados poseen y que se traduce en una ventaja competitiva de gran importancia para la organización.

Para enfatizar los términos del capital intelectual sobre los que se busca abarcar en este estudio se hace alusión al aporte conceptual que hace Bueno (2002), quien explica que el capital intelectual ha conseguido una importancia significativa al representar la suma de activos intangibles de una organización que surgen de procesos y actividades de naturaleza intangible, donde se aplica el conocimiento para agregar valor a los activos materiales de la organización. Este autor define el capital intelectual como la fuente de competencias, habilidades y conocimientos de los individuos que generan valor para las organizaciones.

Concretamente el capital intelectual abarca todos aquellos elementos no físicos que potencian el desempeño y la eficiencia de una organización, y que además le permite adaptarse, innovar y prosperar en entornos cambiantes y competitivos como los de hoy en día.

3. Método

El estudio se desarrolló bajo un enfoque cuantitativo, ya que se contempla la medición de las variables de manera objetiva. Es descriptivo y causal, de diseño no experimental y transversal con la finalidad de obtener información de los grupos de interés, el estudio es de alcance exploratorio, de descripciones y de relaciones (Hernández y Mendoza, 2018).

Se realizó un censo, el cual incluye el total de casos que están presentes en el universo, de acuerdo con el

tamaño de la población de estudio son 102 docentes de la IES. La unidad de análisis es la Unidad Académica Multidisciplinaria Zona Media, participando el 80% de la población, lo que equivale a 81 docentes.

El instrumento diseñado se basó en el modelo desarrollado por la Universidad del Oeste de Ontario, Canadá y propuesto por Bontis (1993), fue utilizado como referencia para obtener la información, ya que, con este instrumento se mide el capital intelectual desde tres dimensiones (capital humano 10 ítems, capital estructural 8 ítems y el capital relacional 7 ítems), el instrumento consta de un total de 25 ítems que se miden en una escala de Likert de 5 puntos. El método utilizado para la recopilación de los datos fue la encuesta autoadministrada.

La confiabilidad del instrumento fue evaluada a través del coeficiente Alfa de Cronbach, el cual arrojó un valor sólido de 0.894 indicando una alta consistencia interna. La validez se sustentó por opinión de expertos y tiene una validez de contenido (Bernal, 2016), que se sustenta mediante una exhaustiva revisión de la literatura especializada.

Se realizó un análisis descriptivo a través de medias y porcentajes, con el fin de describir las variables sociodemográficas y las puntuaciones obtenidas en las variables del capital intelectual. Se aplicó un análisis de la varianza r de Pearson con el fin de ver las diferencias estadísticas entre cada una de las dimensiones del capital intelectual. Para llevar a cabo el procesamiento y análisis de la información se utilizó el programa estadístico Statistical Package for the Social Sciences (SPSS) versión 25 en español y se de igual manera se apoyó en el programa de Microsoft Excel.