Álvarez Castañón, L. C., Sarmiento Ramírez, H. J., y De
la Rosa Leal, M. E.
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Vol. 9, núm. 25 / enero – abril del 2024
por tanto, se propone transitar de un enfoque de educación ambiental (tecno-económico) a uno de educación climática (socioambiental).
Palabras clave : educación, universidad, medioambiente.
Abstract
This paper aimed to analyze the conceptualization of environmental practices and climate actions operationalized to mitigate or adapt to the impacts of climate change, as well as to discuss these environmental and climate approaches in a higher education environment. The methodological approach was qualitative with an explanatory orientation through a systematic review of the literature; the screened analysis by relevance criterion was used. The findings indicate that, while both climate actions and environmental practices share the overarching objective of mitigating human-induced environmental impacts, these constructs are complementarians. Consequently, higher education should shift their focus from a predominantly techno-economic environmental perspective to a more comprehensive climate-centric perspective with a socioenvironmental emphasis.
Keywords: environmental education, university.
Introducción
El impacto ambiental de la actividad humana es evidente y los efectos del cambio climático se han convertido en los mayores desafíos que enfrenta la comunidad mundial (Constanza, 2020; Nysveen et al., 2020; Thiermann y Sheate, 2020), ya que la evidencia empírica muestra que la mayor afectación recae en la
población más vulnerable. Con base en el modelo teórico de desarrollo sostenible plasmado en la agenda 2030 (UN, 2015), se ha motivado el diseño de políticas públicas e institucionales para lograr el bienestar socioeconómico y el equilibrio medioambiental (Álvarez et al., 2023; Thabit et al., 2019), y se ha promovido prioritariamente la operacionalización de prácticas socioambientales y acciones climáticas para que la temperatura global no incremente más de 2 grados centígrados (Fritsche y Masson, 2021).
Las prácticas ambientales buscan encontrar un equilibrio entre los intereses y necesidades sociales, la preservación de los recursos naturales y el óptimo uso de los recursos económicos (Thabit et al., 2019; Trujillo et al., 2021). La acción climática se enfoca en la transición hacia un estilo de vida sostenible para que no haya aumento de temperatura planetaria mediante los dos principales tipos de acciones por el clima –de adaptación y de mitigación – (Fritsche y Masson, 2021; Sharifi, 2021), ya que promueven comportamientos proambientales con enfoque en el bienestar holístico de las personas (Constanza, 2020). Sin embargo, el contexto socioeconómico y político influye en la toma de decisiones sobre el tema, y los resultados de la resiliencia climática estarán estrictamente ligados a las acciones climáticas que elija cada Estado, organización, comunidad o persona (Boyd et al., 2022).
De acuerdo con Wamsler et al. (2021) y Woiwode et al. (2021), se requiere una transformación interna – relacionada con valores, creencias, espiritualidad y percepción social sobre la conexión entre la especie humana y la naturaleza – para alcanzar la sostenibilidad y la sustentabilidad, debido a que las configuraciones regulatorias o incentivos económicos no son suficientes para motivar el cambio estructural requerido. En este sentido, los jóvenes son una poderosa fuerza social para