Vega Campos, M. Á.
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Vol. 10, núm. 28 / enero – abril del 2025 DOI: https://doi.org/10.36791/tcg.v10i28.271
Pp. 2-18
utilizados por la administración pública estatal en México.
Marco conceptual y jurídico de la participación ciudadana
Hacia una conceptualización del término
El término "participación ciudadana" es relativamente reciente y aún carece de una definición precisa. En este sentido, Baño (1998) lo describe como la intervención de individuos en actividades públicas, representando intereses sociales. Este concepto es amplio y abarca múltiples dimensiones del fenómeno, lo que genera dificultades para su delimitación y comprensión (Baño, 1998). Además, existe confusión en su uso, ya que "participación ciudadana" se emplea como sinónimo de participación política, comunitaria, popular o social, entre otros (Hernández & Chumaceiro, 2018).
Montecinos y Contreras (2019) señalan que, aunque el concepto de participación ciudadana tiene una valoración positiva y es bien aceptado en el ámbito político, su uso para describir procesos y prácticas sociales diversas genera ambigüedades analíticas (Espinoza, 2009; citado por Montecinos & Contreras, 2019). Esto conlleva el riesgo de que se utilice de manera instrumental para construir consensos artificiales o legitimar desigualdades (Cunill, 1997; citado por Montecinos & Contreras, 2019), e incluso para renovar relaciones clientelistas entre representantes y representados (Montecinos, 2014; citado por Montecinos & Contreras, 2019).
Para los fines de este trabajo, se adopta la siguiente definición de participación ciudadana:
La participación ciudadana comprende
tres elementos fundamentales: la ciudadanía
como relación política entre el individuo y
el Estado; el ciudadano, reconocido oficialmente como miembro de la comunidad, con derechos y deberes; y la participación, promovida por un régimen político que garantice el ejercicio pleno de
estos derechos y deberes (Hernández, Alvarado & Chumaceiro, 2013; citado por Hernández & Chumaceiro, 2018, p. 868).
Principios y elementos básicos de la participación ciudadana
Los principios de la participación ciudadana son las ideas que guían su desarrollo como derecho y acción para los diversos actores involucrados en el proceso (Cuevas, 2006; citado por Hernández & Chumaceiro, 2018). Entre los principios fundamentales se incluyen:
La no discriminación, reconocimiento a todos los actores sociales, flexibilidad para su organización, autonomía, carácter voluntario,
corresponsabilidad, institucionalización, acceso a recursos públicos, límites, respeto a otros derechos interdependientes, complementariedad entre democracia representativa y participativa, control de la gestión pública, colaboración en la gestión pública, pluralidad, transparencia, acceso pleno a la información, deliberación pública, valoración del saber popular, tiempo razonable, educación, socialización y solidaridad social (Hernández & Chumaceiro, 2018, pp. 871-872).
Cunill (1991; citado por Hernández & Chumaceiro, 2018) distingue dos elementos clave que diferencian la participación ciudadana de otras formas de participación, como la política, comunitaria, popular o social: 1) la participación ciudadana socializa la política, y 2) amplía lo público hacia las esferas de la sociedad civil.
La participación ciudadana no es meramente social, ya que su principal objetivo es relacionarse con el Estado y no solo con otras instituciones sociales. Su finalidad es que los ciudadanos se involucren en actividades públicas (Hernández & Chumaceiro, 2018). Tampoco es exclusivamente comunitaria, pues, aunque se vincula con el Estado, su objetivo no es sólo mejorar las condiciones de vida de comunidades locales, sino alcanzar el bienestar general. Finalmente, la participación