TRASCENDER, CONTABILIDAD Y GESTIÓN
Ramón Rendón Padilla
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Núm. 9 / septiembre – diciembre del 2018
concibe como un instrumento que puede servir para lo siguiente:
- Verificar el apego a la legalidad, eficacia, eficiencia, y economía en el uso de los recursos públicos y actos de gobierno, realizados a través de la administración pública.
- Corregir y mejorar el desempeño gubernamental. - La rendición de cuentas.
- Modernizar y fortalecer la administración pública para prevenir y disminuir actos de corrupción.
- Detectar, corregir y sancionar prácticas irregulares o ilícitas.
Por esto la mayoría de los países, independientemente de su grado de desarrollo y sus regímenes de gobierno, cuentan con EFS; con esquemas de control externo y vigilancia de la acción de gobierno que constituyen, en la práctica, el principal instrumento de rendición de cuentas y un mecanismo de prevención del fenómeno de la corrupción, en muchos casos. (Ortiz Ramírez & Cruz Pérez, 2017).
En este sentido, y situados en el propósito anunciado en la introducción del presente trabajo, se asume que las EFS deberían tener la profesionalización como un eje rector para desarrollar una gestión con independencia mental y valores como la integridad, ética y profesionalismo, sin perder de vista la integridad personal de sus miembros y la evolución en sus conocimientos. De ahí la importancia de la profesionalización, ya que como afirman (Montilla Galvis & Herrera Marchena, 2006) la actitud de independencia mental e imparcialidad respecto a su labor están asociados al grado de profesionalismo.
Este profesionalismo también es comprendido como un factor que guarda relación con el desempeño en la fiscalización, cuyos rasgos principales son la integridad e idoneidad, la rectitud ética y profesional.
De ahí la competencia y pericia que debe poseer el auditor al ser un experto no sólo por sus conocimientos, sino también por la experiencia en el campo del ejercicio profesional de la auditoría.
Además, es preciso señalar que las EFS locales tienen grandes retos, mismos que podrán afrontar con instituciones idóneas para el ejercicio profesional, por mencionar algunos está el informar sobre serios problemas de la rendición de cuentas respecto al destino y calidad de los recursos públicos de los gobiernos; incentivar de forma inteligente a la generación de recursos propios en los estados y municipios; analizar profundamente las deudas de los estados; y por último el reto esencial de las EFS, contar con las capacidades de control y fiscalización del uso de los recursos públicos. (Romero Gudiño, 2016)
De acuerdo con lo anterior, la actividad de fiscalización debería tener dos dimensiones: revelar las deficiencias en la ejecución de los presupuestos públicos (perspectiva del pasado) y recomendar mejoras (perspectiva de futuro). Sin la cooperación del Poder Ejecutivo para corregir las fallas y ejecutar las recomendaciones de mejora, la fiscalización superior no alcanza su eficacia plena, pero también sin EFS profesionalizadas y comprometidas con la misma tarea existe riesgo de no vigilar con pericia el uso más eficiente de los recursos públicos.
Profesionalización
Al analizar el concepto de profesionalización, la Real Academia Española define como profesionalización al proceso y al resultado de profesionalizar (convertir una actividad o una afición en una profesión); La profesionalización implica una serie de cambios en algo, por lo general con la intención de incrementar su calidad y de alcanzar ciertos estándares.
En continuidad con el punto anterior respecto a la profesionalización de las EFS, es primordial reiterar