TRASCENDER, CONTABILIDAD Y GESTIÓN

Diana Elizabeth Hernández Ochoa

Gabriela Citlalli López Torres

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Núm. 10 / enero abril del 2019

Introducción

La comunicación ha sido utilizada desde un principio para compartir información utilizando solo una dirección, es decir que lo mensajes habían sido lanzados desde los altos mandos hacia los niveles inferiores, los cuales solo podían tomar lo dicho sin tener oportunidad de responder, objetar o aportar nuevas ideas, lo que imposibilitaba la existencia de diálogo entre las partes del proceso de comunicación (Moreno Cano et al ., 2014:4).

Según los estudios realizados sobre el uso de la Comunicación Organizacional (CO), se busca que las relaciones entre los públicos internos, externos o especiales de las empresas sean estables (Nosnik, 1998:9; Blay Arráes et al ., 2013:296), al mismo tiempo se debe “ … estimular el flujo de mensajes entre los miembros de la organización y entre esta y su medio, además de influir en opiniones, aptitudes y conductas de los públicos, para así cumplir con los objetivos trazados por las organizaciones ” (Fernández, 1997). Asimismo, una CO efectiva

“ …establece medios para informar a las partes interesadas, de cuáles son los objetivos y los procesos requeridos para satisfacer las necesidades del cliente interno y externo. Así como de su seguimiento, evaluación y mejora, en función de las labores que realiza y su posición en la empresa ” (Fontalvo Herrera, Quejada y Puello Payares, 2011:85).

Sin embargo, es necesario que se realice más allá de solo la transmisión de información, ya que para que se considere que el proceso de comunicación se ha realizado de manera correcta, los mensajes deben ser recibidos y comprendidos, lo que ofrece una comunicación más humana (Phillips y Brown, 1993:1552; Rebeil, 2006:30).

Con base en lo anterior, se estimula el trabajo colaborativo y creativo, permitiendo un nivel menor de incertidumbre al cambio (Rebeil, 2006:30), además, cuando la comunicación se realiza de manera oportuna, se evitan conflictos y se mejora la satisfacción en el trabajo (Soria Romo, 2008:11).

La CO comenzó a ser considerada y estudiada desde un punto teórico desde la década de 1970 (Segovia Pérez, 1999:59), observando que era utilizada en organizaciones privadas y aquellas que tenían como fin último la acumulación de riqueza, sin embargo, conforme ha evolucionado su práctica, la CO se encuentra siendo valorada y aplicada en todo tipo de organizaciones, desde aquellas orientadas a las ventas como en organizaciones sin fines de lucro (Arévalo Martínez et al ., 2017:26).

Transportándonos a la actualidad, se ha observado que es esencial el desarrollo de un sistema de comunicación eficaz y eficiente, así como planes y procesos productivos que permitan la posible transferencia de información y, con esto, el intercambio de ideas y opiniones, lo que deriva en una interacción que permite el alcance de los objetivos (Soria Romo, 2008:14; Fontalvo Herrera, Quejada y Puello Payares, 2001:84).

Además de posibilitar el alcance de los objetivos, la CO permite la participación horizontal de los empleados de niveles inferiores en la toma de decisiones, lo que puede significar una comunicación abierta, así como que sientan que reciben apoyo y confianza para expresar sus ideas (Soria Romo, 2008:12).

Asimismo, se requiere tener conocimiento pleno de la organización, de su cultura hasta sus productos, pasando por sus clientes, de esta manera adaptar las estrategias de forma adecuada para cada tipo de organización contribuiría a reforzar la identidad e imagen corporativa (Perlow y Williams, 2003).