Andrea Carolina Hernández Santos

Maribel Feria Cruz

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Núm. 12 / septiembre - diciembre del 2019 DOI: https://doi.org/10.36791/tcg.v11i4.71

Pp. 44-75

mercados extranjeros, la creciente inflación, el mercado globalizado y la aparición de nuevas tecnologías, son algunos desafíos que enfrentan en la actualidad las empresas mexicanas (Berumen y Palacios, 2009, pág. 5; Peres y Garrido, 1998: 26).

La crisis que ocasiona esto, conlleva a buscar nuevas opciones para sobrevivir a los mercados. Una opción favorable, se centra en la creación de grupos industriales conocidos como clústeres, que se crean con la finalidad de que las empresas miembros se vinculen, colaboren, innoven y coordinen, para emprender acciones en conjunto que por sí solas no podrían afrontar, permitiéndoles incrementar su competitividad (Aimacaña y Lara, 2019: 24).

Los clústeres representan una forma novedosa, para abordar la investigación correspondiente con la actividad económica y la formulación de nuevas capacidades de desarrollo en empresas, partiendo de las relaciones comerciales que los miembros de éste establecen, por tal motivo, la colaboración en un clúster desarrolla el intercambio de conocimiento, fomenta la colaboración, la innovación y el avance tecnológico (Becerra, Serna, y Naranjo, 2013: 248).

Un beneficio de pertenecer a un clúster en México y en otras partes del mundo, es la posibilidad de recibir apoyos gubernamentales, para los miembros de un clúster, favoreciendo las ventajas competitivas, permanencia en el mercado, disminución de costos, atracción de nuevos clientes, incremento de productividad, ventajas de integración, entre otras (Diaz- Ariza et al., 2019: 72).

Para alcanzar todos los beneficios de un clúster, se debe promover el desarrollo de una cultura empresarial en la que se pongan en práctica valores y conocimientos, para

que la información fluya conjuntamente entre las empresas que lo componen, buscando un “ganar-ganar ”, situación que puede simplificarse, cuando se tiene un área de desarrollo común (Tomer, Castillo-Navarro, Barcelo-Valenzuela, y León-Duarte, 2009: 37).

En los clústeres especializados las empresas se encuentran enfocadas en áreas comunes. Un clúster especializado, también es una opción para el progreso de la economía, la colaboración y la innovación, ya que, logra el progreso económico, incrementando y aumentando la creación de nexos entre miembros de un mismo sector de desarrollo.(Zayas, Zayas y Heiras, 2017: 533).

Aguascalientes es una ciudad localizada en el centro de México, que ha sido reconocida como el “Pequeño Gigante en Inversiones ”, además, ofrece condiciones favorables para el desarrollo de empresas, contemplando esto, el gobierno estatal ha impulsado la formación de clústeres, para mantener la competitividad industrial del estado, actualmente, se han formado diez clústeres industriales y de servicios, enfocados en los sectores estratégicos de la entidad, que incluyen las industrias del mueble, automotriz, tecnologías de la información, textil, electrónica, robótica, exportaciones, transporte, productos municipales y alimentos (Martínez y Feria, 2016: 3).

De acuerdo con Zavala (2014) México es uno de los principales países exportadores y ensambladores del mundo, en él se ubican 9 de las 10 principales empresas transnacionales de servicio de manufactura, por lo que se ha posicionado como un importante destino de inversión ” (Zavala, 2014: 27).

En el caso de Aguascalientes el éxito es similar, gracias al crecimiento que se ha registrado en la industria