TRASCENDER, CONTABILIDAD Y GESTIÓN
Verona Martel, M. C., y Fuertes Palacio, W.
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Año 5, núm. 14 / mayo - agosto del 2020 DOI: https://doi.org/10.36791/tcg.v0i14.81
Pp. 17-37
con compañías que tienen mujeres en su consejo de administración es más probable que incluyan féminas en su propio consejo. Mateos de Cabo et al. (2010: 159) encuentran evidencia de que la existencia de mujeres en el consejo facilita la participación de más mujeres en este órgano. Por su parte, Díaz García y González Moreno (2012: 54) señalan que la representación de féminas en dicho órgano contribuye a la retención del talento femenino en las organizaciones. Asimismo, en el trabajo de Cook y Glass (2015: 137) se concluye que el hecho de que haya mujeres en el consejo influye en que una mujer sea nombrada presidenta de la empresa, y además en el éxito posterior al nombramiento. Asimismo, la falta de diversidad de sexo del consejo limita el acceso de las mujeres al equipo de alta dirección y su éxito posterior en el caso de ser nombradas, así como su posibilidad de llegar al puesto de máxima ejecutiva de la compañía (p. 143-144). Estos autores afirman que las empresas presididas por una mujer y con múltiples consejeras tienen un mejor desempeño que las firmas en las que hay pocas o ninguna consejera pero la presidenta de la compañía es una mujer (p. 143).
Las mujeres, más que los hombres, tienen una mayor inclinación a prestar atención y a tener en consideración las necesidades de los demás, por lo que pueden ser particularmente sensibles a prácticas de la empresa vinculadas a la responsabilidad social corporativa (RSC) y a políticas ambientales (Nielson y Huse, 2010: 138). Se ha comprobado empíricamente que las empresas con mujeres en el consejo tienen un mejor comportamiento social (Hafsi y Turgut, 2013: 472; Nadeem et al. , 2017: 882) y ambiental (Post et al., 2011: 189; Cuadrado Ballesteros et al. , 2015: 20). Asimismo, en relación a las contribuciones filantrópicas de la empresa, éstas aumentan cuando la empresa cuenta con mujeres en el consejo (Marquis y Lee, 2011: 28; Kabongo et al. , 2013: 62), y también ocurre este hecho cuando hay mujeres en
la alta dirección (Marquis y Lee, 2011: 28; Wu et al. , 2019: 629).
Las actividades de RSC realizadas por la empresa se dan a conocer a través de los informes de sostenibilidad o informes de RSC, y la probabilidad de que la empresa publique dichos informes aumenta si cuenta con mujeres en el consejo de administración (Fernández-Feijoo et al. , 2013: 361; Rodríguez-Ariza et al. , 2014: 5).
Arayssi et al . (2016: 377) argumentan que la participación de la mujer en el consejo hace que la empresa esté más inclinada a informar sobre actividades sociales, ambientales y de gobierno, y a realizar más gastos en operaciones de RSC.
En relación a la ética, la participación de féminas en el consejo aumenta la supervisión de la empresa en este campo (Stephenson, 2004: 5), así como la probabilidad de que la empresa tenga un código ético (Verona Martel et al. , 2016: 27), además de ayudar al establecimiento de la legitimidad moral de la organización entre sus stakeholders (Zhang et al. , 2013: 391). Valentine y Rittenburg (2007: 130) señalan que las mujeres ejecutivas exhiben una mayor intención de actuar más éticamente que los hombres cuando se enfrentan a un dilema ético. En la misma línea se sitúan los hallazgos de Valentine et al. (2009: 112), quienes sugieren que “ser mujer está relacionado con un mayor juicio ético, ser mujer y mayor está asociado con una mayor intención ética [ …], [por lo que] las mujeres deberían desempeñar un papel clave en el modelado de roles éticos de los empleados recién contratados, así como en el desarrollo y la gestión de los valores éticos y los códigos de conducta de la organización ”.
Isidro y Sobral (2015: 15) señalan que la participación femenina en los consejos de administración mejora el cumplimiento de las políticas sociales y éticas por parte de la empresa, lo que a su vez tiene un efecto positivo en el valor de la misma. Por lo que estos autores creen que