De la Rosa Leal, M. E., Ballesteros Grijalva, M., y

Gastélum Castro, I. M.

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Año 5, núm. 14 / mayo - agosto del 2020

medioambiental en las organizaciones como una interpretación racional de procesos y acciones para reducir la inseguridad de riesgo ambiental y la presión social del contexto, insertando la creencia de que el cuidado efectivo del medio ambiente es a través de la reingeniería de procesos y el uso de tecnologías ambientales, evitando desperdicios, reciclando basura y eliminando la generación de tóxicos (Martinuzzi, Huchler , & Obermayr, 2001).

Los valores, de esta cultura ambiental, se resumen en la ecoutilidad, ecoefiencia y ecocontrol, resaltando la responsabilidad social del riesgo de daño ambiental, la ética sustentable de los grupos de trabajo y la orientación adecuada de asesorías sustentables constantes (Martinuzzi, Huchler , & Obermayr, 2001).

Una respuesta a la atención de la denuncia del riesgo ambiental de la Conferencia Ambiental y de Desarrollo de las Naciones Unidas de Río de Janeiro, Brasil, es la

emisión de las normas ISO 14000 medioambiental para dar forma a un mecanismo formal de eficiencia y calidad “sustentable ” mediante los sistemas de gestión medioambiental, la auditoría ambiental, los ciclos de vida de los recursos, la etiqueta medioambiental y la estandarización de aspectos ambientales de producción como: la reducción de materiales de empaque, el

reciclaje de basura, el reciclaje de productos y el uso de tecnologías ambientales, que innova, reduce los contaminantes y ayuda a mejorar la imagen social y comercial de la organización (Proto & Supino, 2000).

De forma que comprender la percepción gerencial de asuntos ambientales, puede proporcionar un marco eficaz de colaboración entre las empresas, los organismos gubernamentales y ambientales, ya que el comportamiento ambiental o ecologista en las organizaciones, tiende a introducirse en ellas por distintos motivos, ya sea: de forma coercitiva por implicaciones legales; por exigencia de su comunidad;

por interés competitivo, en razón de un beneficio de sus prácticas, por políticas de mercado; por su imagen social; o finalmente como una imitación o despertar de conciencia de prácticas socio ambientales por los problemas ambientales evidentes contra su tasa de rendimiento.

Sin embargo si el mercado de consumo de la organización está desinteresado en el control y cuidado socio ambiental, la organización avanza lentamente en su cambio ecológico.

Enfoque teórico

Conforme Banerjee (2002: 178) la influencia ambiental en la estrategia corporativa está en la infancia, y no es soportada por la dirección y la gestión, lo cual cuestiona su importancia y enfoque paradigmático o estratégico.

En la organización, se enfrentan distintas posiciones:

el paradigma ecocéntrico –el ser humano y el medio ambiente al mismo nivel (Geiger & Mozobancyk, 2011)-;

el paradigma de desarrollo –la política social existe para asistir el desarrollo económico (Zurbriggen & Travieso, 2016)-.

Las dos anteriores, tienen como premisa principal que la evaluación del medio ambiente debe hacerse dentro de un paradigma económico, como una externalidad del negocio, con una eminente naturaleza antropocéntrica – el ser humano como centro-.

De tal manera, que las decisiones socio ambientales como asuntos por atender, se enmarcan en la lógica económica, como una conducta racional orientada a maximizar la inversión.

El enfoque socio ambiental, pretende desarrollar principios de desarrollo sostenible en la organización,