Figueroa González, L. F.

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Año 6, núm. 16 / enero - abril del 2021

tradicional y que buscan de experimentar nuevas emociones interactuando con personas y lugares desconocidos (Pérez, 2010), y si se toma en cuenta que actualmente muchas personas buscan algo nuevo que los saque de su rutinas habituales de la ciudad buscaran destinos tranquilos con culturas diferentes y con atractivos naturales (García, 2005); lo que significaría para este tipo de destinos turísticos, una oportunidad para crear negocios mediante la oferta de productos y servicios desarrollando con esto su economía local mediante la diversificación de ingresos adicionales a los generados por el trabajo de campo que realizan (Garduño, 2009).

De igual forma es un sistema productivo alterno por la oferta de diversos atractivos turísticos mediante los cuales los habitantes de una comunidad obtienen más ingresos, y en ese sentido representa una alternativa adicional al trabajo de campo ya que contribuye al crecimiento y aprovechamiento de productos turísticos opcionales lo que permite definirlo como: “diversidad de actividades ofrecidos por los habitantes de una comunidad con el fin de provocar el flujo de personas logrando con ello ingresos adicionales (Pérez, 2010, p. 5). En forma más completa puede decirse que el turismo rural considera también la historia, costumbres, folclor, tradiciones y patrimonio (MacDonald y Jooliffe, 2003).

En los países en desarrollo el turismo rural juega un papel muy importante en virtud de que contribuye a elevar sus economías y reducir la pobreza en esos lugares apartados de las ciudades, es por ello que algunos organismos como el Banco Mundial y el Fondo Interamericano de Desarrollo Agrícola entre otros han estado llevando a cabo programas que permitan el desarrollo del turismo rural el cual otra forma de definirlo es: “opción de viaje para las personas hacia el

campo con el fin de estar en contacto con el campo y realizar actividades y deportes en interacción con la naturaleza como es el ecoturismo, turismo de naturaleza, turismo de aventura que contemplan diversas actividades entre las que se pueden mencionar la caza, la pesca, conocimientos culturales e históricos entre otras ” (Millán, 2006; Solsona, 2006).

Es por ello que el turismo rural permite que ingresos adicionales fluyan hacia las comunidades mediante las actividades antes mencionadas y con la prestación de servicios como son el hospedaje, gastronomía, estaciones de gasolina por mencionar algunos. Toda esta diversificación de productos y servicios permiten que el turismo rural contribuya al desarrollo de las economías rurales las cuales inciden en una mejor forma de vivir de los habitantes de las comunidades (Millán, 2006; Diéguez, 2009).

Si se toma en cuenta que las actividades agrícolas no contribuyen a satisfacer todas las necesidades y que por lo mismo no permite que las personas tengan una mejor forma de vivir, el turismo rural se convierte en una herramienta para realizar toda una serie de acciones para apoyar poblaciones que se encuentran desatendidas por el sector público y privado y a la vez contribuyen a que se disminuya la dependencia del trabajo del campo (Garduño, 2009; Pérez, 2010).

Además del aspecto económico el turismo rural se convierte en un factor importante para fomentar los aspectos culturales y sociales, así como la conservación del entorno ambiental de las comunidades, por lo que resulta importante crear un lazo entre los diferentes factores que contribuyen al desarrollo rural para estar en posición de ofrecer alternativas de recreación a las personas que gustan de hacer turismo de una forma diferente (Serrano , 2010).